El CEB celebró su primera jornada de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona)

23 de Noviembre de 2022
María José García, Graciela M.ª Pérez, Leire Askargorta, María Pérez de Arenaza, Jesús Sánchez, Begoña Martínez y Sonia Bosch

El Colegio de Enfermería de Bizkaia (CEB) celebró el pasado 22 de noviembre, con un notable éxito de asistencia, su I Jornada de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona). Ésta, fue organizada por su Comisión Colegial de Matronas, con Begoña Martínez Borde, vocal matrona del CEB, al frente, que actuó como moderadora del acto.

 

La primera ponencia, ‘Avances en tiempos difíciles’, corrió a cargo de Jesús Sánchez Martínez, matrón, tutor de residentes de Enfermería Obstétrico-Ginecológica en el Hospital Universitario Cruces y enfermero especialista en Salud Mental. Tal y como puso de manifiesto, «la situación de pandemia de COVID-19 ha supuesto un reto de adaptación y, en muchas circunstancias, un enlentecimiento e incluso un parón, en aspectos fundamentales de la vida privada y laboral. El Área de Partos del Hospital Universitario Cruces (HUC) no ha sido ajena a esta situación, con una carga física y emocional difícil de olvidar. Gracias al compromiso y el esfuerzo de todo el personal implicado en la atención del día a día y del personal gestor, se pudo evitar centrarnos únicamente en salvar la pandemia, haciendo posible avanzar en tiempos difíciles».

 

Tal y como dijo, «como en todas las áreas asistenciales, hemos tenido que aprender a adaptar nuestra atención de forma inmediata o en plazos mínimos para dar cumplimiento a los múltiples protocolos presentados por nuestras gerencias y, así, adaptarnos de la forma más eficaz al devenir de la pandemia. Con el mismo nivel de exigencia, se ha trabajado por el compromiso de continuar avanzando y dar cumplimiento a la puesta en marcha de unas líneas de trabajo maduradas durante años, encaminadas a desarrollar la presencia y el desempeño profesional de la matrona en el proceso global de parto y puerperio desde el ingreso en el área de partos hasta la vuelta a la atención primaria».

 

Con anterioridad a la pandemia, continuó desarrollando, «se comenzó por incorporar la atención a la adaptación inmediata del recién nacido y los primeros cuidados del binomio madre-recién nacido por parte de la matrona. Posteriormente, y en plena pandemia, se introdujo la figura de la matrona en la atención del triaje en el Área de Urgencias Obstétrico-Ginecológicas. Como reto especial, la atención de la gestante de bajo riesgo con sospecha de inicio del trabajo de parto pasó a ser competencia de la matrona —tanto la valoración, el ingreso en el área de partos como el alta con las debidas instrucciones—, suponiendo un gran avance en la autonomía profesional. También se incorporó la atención al posoperatorio inmediato tras la cesárea. Queda pendiente el desarrollo de la atención al puerperio de bajo riesgo por parte de la matrona y la adaptación de los protocolos corporativos a la realidad asistencial propia del Hospital Universitario Cruces».

 

El programa formativo EIR-matrona también se vio «profundamente alterado, exigiendo un enorme y rápido esfuerzo de adaptación por parte de un nuevo equipo de tutores. Las dificultades y los cambios vividos han favorecido la reflexión y búsqueda de modelos de tutorización más actualizados y eficaces, con el apoyo inestimable de la Unidad Docente de Matronas».

 

La presencia y el desempeño de la matrona «se va consolidando, pero para dar continuidad a este reto hemos de resolver una problemática que desde hace años viene amenazando y limitando el desarrollo de nuestra profesión y es la falta de profesionales, situación que este verano ha sido especialmente evidente», concluyó Jesús Sánchez Martínez.

 

Atención primaria

A continuación intervino en la Jornada Leire Askargorta Eriz, matrona del centro de salud de Matiena, perteneciente a la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Barrualde-Galdakao y referente en violencia de género para la unidad de atención primaria de Abadiño-Elorrio-Berriz.

 

En su ponencia, sobre los nuevos retos en el primer novel asistencial, expresó que «la sociedad en la que vivimos está continuamente cambiando y dando lugar a diferentes demandas de salud, inquietudes y preocupaciones por parte de la población. Las matronas siempre nos hemos ido adaptando a estos cambios y ahora lo seguimos haciendo. Tenemos la suerte de tener una amplia formación y un gran número de competencias a desempeñar que nos ayudan a ello».

 

Valorando la situación tras los años de pandemia, la experta apuntó que «nos encontramos ante una sociedad con mayor preocupación por su salud, motivo que nos ha animado a las matronas de la OSI Barrualde-Galdakao a retomar la actividad comunitaria. Nuestro trabajo está enfocado en su mayor parte a las mujeres, por lo que hemos contactado con asociaciones de mujeres, o ellas han contactado con nosotras, y con los ayuntamientos. Así, han surgido actividades interesantes y participaciones puntuales con las escuelas de empoderamiento donde hemos tratado temas como: climaterio, conocimiento y recuperación del suelo pélvico y salud vaginal».

 

«En nuestro campo de actuación», continuó explicando la matrona de atención primaria, «también se incluye la educación afectivo-sexual. Por este motivo hemos vuelto a los institutos. En muchos centros ya se trabajaba antes de la pandemia, en otros, hemos empezado ahora, con experiencias muy positivas».

 

Otro reto que planteó Leire Ascargorta en su ponencia fue el de «ampliar nuestra presencia a las aulas de las y los pequeños ¿por qué no? En las aulas de 5 y 6 años hablan sobre el nacimiento; ¿por qué no acercarnos hasta allí para hablarles sobre el tema? Entre los 8 y 12 años sus cuerpos empiezan a cambiar, aparece la regla y muchas no saben o tienen dudas sobre el tema; algunas no tienen la oportunidad de hablar sobre el tema en sus casas: ¿por qué no ser nosotras y nosotros quienes hablemos del tema en los colegios?», se cuestionó.

 

La matrona concluyó abordando la violencia de género en nuestra sociedad. «En nuestra OSI se está dando un impulso a la concienciación sobre el tema con la creación de referentes de violencia de género donde también estamos participando. Para muchas mujeres somos profesionales de referencia y confianza, por lo que nuestra presencia en estos grupos es importante. Como matronas estamos formadas para esto y mucho más. Los tiempos cambian y nosotras, con ellos».

 

Los tres primeros días

Con el título ‘Los tres primeros días’, Graciela M.ª Pérez López, matrona de Osakidetza y asesora de lactancia materna en la planta de Hospitalización del Hospital Universitario Basurto, intervino en tercer lugar.

 

Según afirmó, la lactancia materna es un aspecto de la salud de la mujer puérpera y su recién nacido que incumbe a «todos y cada uno de los profesionales que conforman el equipo multidisciplinar en una planta de posparto hospitalaria (auxiliares, enfermeras, matronas, ginecólogos y neonatólogos). Cada uno de ellos aporta una pieza clave para la consecución de un objetivo en común, que es el de ayudar a las mujeres que lo deseen a instaurar una lactancia materna satisfactoria».

 

En relación al papel de la matrona de lactancia en la planta de hospitalización, su función «es la de valorar el estado de la lactancia materna de todas las pacientes ingresadas en la planta, para lo cual debe observar al menos una toma completa en la habitación».

 

A partir de supervisar visualmente la toma y recabar la información necesaria sobre la paciente, el recién nacido y el desarrollo de la lactancia hasta ese momento, la matrona debe, según explicó: «identificar aquellas lactancias que están teniendo dificultades para instaurarse adecuadamente; identificar las causas aparentes; comunicar los hallazgos a los demás miembros del equipo multidisciplinar pertinentes (auxiliar y profesional de enfermería responsable, especialista en neonatología); realizar un plan personalizado de intervenciones dirigidas a optimizar las lactancias con dificultades, que debe ser consensuado con el especialista en neonatología y comunicado a la auxiliar y enfermera responsable; iniciar las actuaciones indicadas en cada caso; y, finalmente, reflejar las valoraciones y actuaciones realizadas en el evolutivo de Osabide, incluyendo el plan a seguir».

 

En la planta de hospitalización del Hospital Universitario Basurto, «la matrona que se encarga del servicio de asesoría de lactancia materna está disponible durante un único turno diario de ocho horas. Por tanto, solo cubre un tercio del total del día. Una vez terminada la jornada de la matrona, serán las auxiliares y enfermeras responsables del cuidado de la paciente las que se encargarán de continuar las actuaciones indicadas en el plan personalizado, hasta su revisión al día siguiente» advirtió.

 

En el caso de las lactancias que progresan sin aparente dificultad, «no es necesaria una valoración diaria por parte de la matrona», apuntó. «Deben tener una valoración inicial en las primeras 24 horas de ingreso y una valoración previa al alta (en los casos de alta precoz se hace una sola valoración). Si entre la valoración inicial y el alta transcurren varias jornadas, la matrona será informada del progreso por los demás miembros del equipo multidisciplinar», detalló Graciela M.ª Pérez López.

 

Entrenando habilidades y fortaleciendo equipo

La última de las ponencias de la jornada, centrada en la simulación como herramienta de entrenamiento, fue impartida al alimón por las instructoras en emergencias obstétricas Sonia Bosch Díaz y María Pérez de Arenaza Lambea, ambas, matronas y docentes, miembros del equipo de Simulación Donostia, del Hospital Universitario Donostia.

 

Ante la pregunta ¿qué es la simulación?, las expertas señalaron que la atención a la patología obstétrica urgente en el contexto hospitalario estaba basada en la unión del aprendizaje teórico combinado con el manejo práctico directamente sobre pacientes reales. «Aunque afortunadamente estas situaciones graves son infrecuentes e impredecibles, este modelo clásico de enseñanza adolece de recursos que aseguren el aprendizaje de todos los profesionales en todas las emergencias posibles».

 

Según pusieron de manifiesto, «muchos de los profesionales que trabajan en la unidades materno-infantiles se han tenido que enfrentar por primera vez a situaciones potencialmente graves con el único apoyo del conocimiento teórico. Aquí la simulación, como herramienta de entrenamiento, ofrece una oportunidad única para aprender con un riesgo nulo para el paciente».

 

Las matronas advirtieron de que la simulación clínica «no solo consiste en entrenar habilidades técnicas sino también en fortalecer y trabajar los vínculos que unen al equipo. La combinación de entrenar las habilidades técnicas y la gestión de recursos de crisis permite al profesional enfrentarse a su día a día con mejores conocimientos y mayor seguridad».

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